La célula madre, o célula troncal, es un tipo de célula con la capacidad de generar células maduras más especializadas que ella, para formar tejidos y órganos con particulares funcionales. A partir de estas células madre es que se forman todas las demás células, llamadas células hijas. Estas son morfológica y funcionalmente diferentes a las células madre.
Una célula madre puede generar una gran cantidad de células especializadas, tanto en variedad como en número.
Características de la célula madre
Las células madre son únicas por tener dos características clave:
Potencialidad: lo que quiere decir que las células madre pueden generar células maduras de diferente origen, por ejemplo células sanguíneas o musculares.
Autorrenovación: pueden dividirse y proliferar para generar otras células madre, de modo indefinido. Sus telómeros son más largos que las células ya diferenciadas, característica importante en su división pues el envejecimiento celular está relacionado con el acortamiento de los telómeros.
Las Células Madres son la unidad básica para la vida, forman parte de la anatomía y fisiología de los seres vivos. La función principal de las Célula Madre es la de reparar, regenerar y rejuvenecer órganos dañados, lesionados o enfermos devolviéndoles salud y funcionalidad.
artritis Las células madre son los pilares básicos de todos los tejidos humanos y se las considera como posibles tratamientos, en parte, porque pueden transmitir información valiosa acerca del crecimiento tisular y la recuperación a otras células del cuerpo. La artritis abarca la degeneración de la articulación por la pérdida del cartílago que amortigua los huesos, y los investigadores recién empezaron a fijarse en las células madre para tratar afecciones ortopédicas, como la artritis del hombro. Hasta el momento, ya se ha informado acerca de avances en la aplicación de las células madre para el tratamiento de la artritis, y el objetivo final es usarlas para que el cartílago vuelva a crecer.
Las investigaciones han demostrado la capacidad de las células madre mesenquimales para migrar a los tejidos inflamados y dañados. De este modo, las células madre se centran en la regeneración de tejidos y órganos lesionados. Poseen la capacidad de diferenciarse a otros tipos de células, como condrocitos, osteoblastos y miocitos de cartílago. En conclusión, las células madre mesenquimales ayudan a retrasar la inflamación de la artritis con una modulación constante de la actividad.
La artritis reumatoide (AR) es una inflamación crónica en las articulaciones, que afecta al 1-2% de la población mundial. También es conocida como una de las principales causas de discapacidad en todo el mundo, ya que produce inflamación y destrucción articular progresiva. Está causada por una vía de señalización celular anormal provocada por la acción conjunta de factores ambientales, genéticos y autoinmunes. La terapia con células madre para pacientes con artritis reumatoide (AR) ayuda a regenerar el tejido dañado de las articulaciones, a reducir la inflamación y a disminuir la progresión de la enfermedad.
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